El “Polaco” es considerado como uno de los mejores intérpretes de la música ciudadana. Un repaso por las canciones más importantes que engalanó con su voz
El viernes 29 de enero de 1926 Doña María Elena Costa viajaba en tren de regreso a Buenos Aires luego de visitar el norte argentino, pero las contracciones que avisaron que su hijo estaba al nacer la obligaron a bajar en Urdinarrain, al sur de Entre Ríos. Fue una sala del hospital de ese pequeño pueblo en la que Roberto Emilio Goyeneche llegó al mundo ayudado por Santiaga Bondioni de Boerque, la joven enfermera que se hizo cargo de aquella parturienta y que siempre recordaría al niño: "Era un bebé pelirrojo y con muchas pecas", repetía cuando aquel que trajo al mundo ya era un cantor consagrado.
A los pocos días de nacer, Robertito llegó a su casa del barrio de Saavedra, lugar en el que pasó su vida y al que amó. Fue hincha fanático de Platense y supo conjugar el trabajo manejando un taxi, luego un colectivo y también como mecánico mientras comenzaba a andar su camino por la música de la mano del arma más poderosa de la década del 40, su voz.
El Polaco grabó su primer simple con apenas 18 años junto a la orquesta de Raúl Kaplún y su carrera siguió al lado de los más grandes: fue cantor de las orquestas de Horacio Salgán, de Anibal Troilo y grabó con Astor Piazzolla. También cantó y grabó con Atilio Stampone, Raúl Garello, Armando Pontier, Osvaldo Berlingieri, entre otros.
¿Qué lo hizo diferente? Su interpretación, su decir, el fraseo, su voz melodiosa y respetuosa de los silencios y con el poder de dar énfasis a una palabra, de arrastrar una silaba o una letra con precisión exacta. El Polaco —apodado así por su aspecto— logró hacer versiones insuperables de los tangos del momento y también de los desconocidos que, como un padre bueno, los regaló a la generación posterior porque fue el cantor favorito de los cantores más jóvenes y también de los pibes —como les decía— que cantaban y amaban el rock. Tuvo un paso por el cine y en la pantalla gigante también fue ovacionado: Debutó como actor en "El derecho a la felicidad" en 1968, continuó en "El canto cuenta su historia", en 1976 y se consagró en la película "Sur" (1987) de Pino Solanas.
Fue tanto lo que supo hacer con su voz que cuando el insostenible paso del tiempo llegó a su garganta ella se puso a tono con ese fraseo y hasta el temblor de sus manos parecían, en escena, ser parte de la interpretación porque también tuvo el don de convertir cada canción en una película mental: logró hacer ver y sentir lo que cantaba y contagió su amor por el tango.
Grabó 42 discos y otros 4 se editaron tras su muerte, el 27 de agosto de 1994. Entre los tantos tangos que grabó y que se destacan hemos seleccionado porque son directamente relacionados con su voz pese a haber sido grabados por otros artistas.
"Yo siempre canté los sentimientos a flor de piel. Sin sentimientos no puede existir nada, no se puede vivir. Es la única manera que tiene el hombre de mirarse hacia adentro", dijo Roberto Goyeneche.
Un repaso de los temas que inmortalizó el "Polaco"
Balada para un loco es un hito en la composición de Astor Piazzolla con letra de Horacio Ferrer que fue interpretada por primera vez por Amelita Baltar, pero fue el propio Ferrer quien dijo en una entrevista que al escribirla imaginó al Polaco cantándola. La grabaron juntos en 1969 y hasta hoy es una versión insuperable.
Desencuentro fue escrito por Cátulo Castillo y
musicalizado por el genial Aníbal Troilo. Goyeneche lo grabó en agosto
de 1968 para el sello RCA Victor.
Sus ojos se cerraron es una composición de Gardel-Le Pera que quedó registrada en con la voz del Zorzal en 1935 y le siguieron muchas versiones, entre ellas las de Julio Sosa, Rosanna Falasca y Nelly Omar. La versión de Goyeneche llegó en 1972 con la orquesta de Horacio Salgán.
El motivo es una composición de Juan Carlos Cobián y letra de Pascual Contursi que nació como tango instrumental de la mano del pianista Cobián y más tarde se le introdujo letra. Originalmente se llamaba "Pobre paica" y con ese nombre fue grabado por Carlos Gardel en 1920, pero debido a la intervención de Enrique Cadícamo se le modificó la letra original y le cambiaron el nombre a pedido de Cobián y con la autorización de José María Contursi, hijo de Pascual. Es contemporáneo a "Mi noche triste", el primer tango canción.
Además es uno de los tangos que más interpretaciones tiene y llegó a la voz del Polaco junto a la orquesta de Aníbal Troilo el 23 de agosto de 1961. Seis años después, en 1967, Edmundo Rivero grabó otra de las versiones más recordadas.
La ultima curda es parte del repertorio de
Cátulo Castillo compuesto en 1956 con música es de Aníbal Troilo y fue
grabada por Goyeneche en 1961. "Curda" es un vocablo lunfardo de origen
gitano que se refiere a la borrachera.
Castillo escribió la letra sobre la música compuesta por Troilo y, según contó Edmundo Rivero, nació en una calurosa noche de 1956 en el departamento de Pichuco. Allí el genial compositor y el cantor comenzaron a trabajar sobre la música en la que se mezclaba el tarareo con el bandoneón y tras varias horas los genios creativos salieron al balcón sin haberse percatado de que la ventana estaba semi abierta ni que los sonidos llegaban a la calle. Al salir vieron una multitud amontonada que los escuchaba y aclamaban. En ese momento tocaron La ultima curda por primera vez en público.
Finalmente, en un estudio de grabación, la orquesta de Aníbal Troilo y la voz de Edmundo Rivero la grabaron el 8 de agosto de 1956 para TK. La versión del Polaco llegó el 7 de mayo de 1963 para la discográfica RCA Victor.
Garúa es un tango compuesto por Enrique Cadícamo y la música es de Aníbal Troilo. La primera versión fue grabada por la orquesta de Pichuco con la voz de Francisco Fiorentino el 4 de agosto de 1943 para el sello RCA Victor.
Cuentan los memoriosos que este tango comenzó a cobrar vida una noche durante el intervalo de una presentación de la orquesta de Troilo. Allí Pichuco, que ya tenía la composición casi armada, llamó a Cadícamo (estaba sentado entre el publico) para que la escuchase y ver si podía ponerle algunos versos.
Ambos se dirigieron a un altillo que los músicos usaban como vestidor. Pichuco
sacó su bandoneón y comenzó a tocarla mientras la tatareaba. Al final
de la velada, Cadícamo caminaba a su casa con ese tatareo en la mente y
mientras lloviznaba nació la primera frase: "Garúa… Solo y triste por la acera…". Apenas llegó a su casa comenzó a trabajar en el texto hasta tenerlo completo.
A la noche siguiente volvió a ver a Troilo y en el mismo altillo le enseñó la letra. Solamente una modificación fue introducida en el tema instrumental para adaptarlo a la letra. Dos días después, la orquesta de Pichuco junto a Francisco Fiorentino ya la estaban ensayando.
Garúa fue grabada por primera vez el 4 de agosto de 1943 para RCA Victor. Para el mismo sello y con la misma orquesta, el 9 de enero de 1962 la grabó Roberto Goyeneche y la consagró.
Afiches nació de la genialidad de Atilio Stampone y Homero Expósito. El propio Maestro Stampone contó a Infobae cómo nació este tango:
"En
esa época (1956) yo vivía en el barrio de San Cristóbal y Homero tenía
un pequeño bulín frente a mi casa y como tenía poco espacio venía todos
los días a comer a casa y mi vieja le cocinaba. Cada vez que
terminábamos de comer yo me sentaba al piano y tocaba la misma melodía
melancólica que tocaba en la radio mientras él charlaba con mi madre; y
de tanto escucharla ya la sabía. Un día Homero vino y me dijo: 'Tomá, la letra para ese tango que no me deja charlar tranquilo con tu vieja'…
Me tiró una birome y me dijo apuntá… Me la dicta y se va. Fui al piano y
para mi asombro encajaba a la perfección (…) Enseguida crucé al bar
donde él estaba jugando a los naipes para decirle que encajaba perfecto y
me dice: 'Ché, boludo, en la segunda parte cuando repetís el Si, el segundo es bemol, no
natural'… Con toda la furia fui al piano a probar. ¡Tenía razón, era un
genio!".
Cuenta la leyenda que Homero compuso ese tango pensando en un viejo amor y a la vez lo escribió criticando la publicidad que invadía todos los campos de la sociedad de consumo.
La primera versión fue grabada en 1975 por Atilio con la orquesta típica que dirigía y la cantó Héctor Petray, pero no tuvo éxito hasta que la cantó el Polaco en Caño 14, un bar creado por Stampone para que se juntaran los tangueros a tocar. La interpretación que muestra el video fue grabada el sábado 22 de agosto de 1987 en el teatro Opera. Goyeneche es acompañado por Néstor Marconi en bandoneón y Angel Ridolfi en contrabajo.
Infobae